lunes, 28 de junio de 2021

EL SENTIDO INICIATICO DEL JUEGO DE PELOTA



El nahui ollin también es el quincunce, símbolo de Venus y de Quetzalcóatl, de la cruz.... también se vincula con el juego de pelota. El juego de  pelota forma un quincunce.  El quincunce es el resultado de observación del Movimiento del sol a lo largo de la elíptica terrestre...




El sentido iniciático del juego de la pelota es el despertar de la conciencia a través de la eliminación de los defectos y la conquista de la energía creadora.

El significado esotérico del juego de pelota: los dioses creadores del uni­verso se reunieron en su primer lugar de creación, el Teotlachtli la cancha de juego de la pelota divina, para poner el universo en marcha.

Es así como se inició, así como comenzó la luz, se apartó el cielo de la tierra, comenzó la vida, la creación. Así co­menzó el juego de la pelota, el símbolo de vida que refleja el movimiento del cosmos, así se dio el principio al triunfo de la luz sobre las tinieblas.

Para nuestros antepasados todo era un ciclo de la vida y de la muerte, el día y la noche, y es por eso que el juego de la pelota es también el cielo que refleja al movimiento del cosmos.

En el pensamiento antiguo la pelota de hule uli, significa a la vez esférico, el universo redondo, el movimiento, el juego de los con­trarios, la energía circulando en un círculo perfecto, la cual da vida y energía.

Afirmaban los abuelos que el movimiento tiene una sustancia, una forma y lo represen­taron en una pelota de hule encerrada en sí mismas, era el movimiento constante que nunca se detiene.

Fue conocido como Olim Tonatiuh, sol de movimiento, es la pelota divina que se mueve en todo el firmamento dando vida.
El juego de la pelota es anterior a la cultura, mediante el juego, el hombre se rela­ciona con lo desconocido, penetra al ámbito de lo sagrado, a las fuerzas de la naturaleza.

Lo que ocurre con el fabricar, ocurre con el jugar, La cultura brota del juego como llama gigante que envuelve a la naturaleza.

El IK o T, simbolismo del campo de la pelota es semejante a una cruz; comprende un princi­pio horizontal y otro vertical en instantes de entrar en contacto; esta unión de activo y pasivo es coherente a las implicaciones sexuales y de fertilidad del signo IK.

En el texto quiché del Popol Vuh, la pelota del juego es designada por las palabras quic y cha. Quic es pelota de hule, también significa sangre, savia o semen, y su sentido esotérico de fuerza vital podría ser energía que da vida, la creación misma.

Con la palabra Cha se designa la pelota también y se liga directamente con la brillante piedra de Xibalbá, piedra sagrada guardada en el templo llamado Tzutuhá o agua o fuente florida.

Visto desde arriba, el juego de pelota se asemeja a dos letras T contrapuestas.

La T identifica a la Tau de los griegos antiguos y los pueblos europeos de la Edad Media.

La T es símbolo IK de los días del Tzolkin, calendario ritual de los mayas, es el signo de fecundación y germinación, principio creador, Espíritu Divino, la fuerza vital, el semen divino.

Todo humano debe alguna vez en su vida convertirse en un guerrero-jugador y participar en el juego de la pelota, realizar su lucha interior psicológica y sexual, enfrentarse a sus defectos psicológicos en el infierno de las pro­pias pasiones y triunfar mediante el dominio y la transmutación de la energía creadora.

El reconocimiento de la universalidad de esa fuerza y su consideración como factor de cambio y trascendencia en el hombre dio lugar al culto sexual que se observa en muchos mo­numentos mayas.

Debemos despertar nuestra conciencia del adormecimiento en que se encuentra, jugue­mos una vez más en el patio de la pelota y luchemos por vencer a las tinieblas y a sus representantes.

Terminamos diciendo: la formación del hombre auténtico se lleva a cabo con el adveni­miento de la conciencia, al extraer la luz de las tinieblas.

En los códices o libros indígenas pintados sobre pieles siempre representaron el símbo­lo tradicional del juego: una “I” latina horizontal cruzada transversalmente por dos líneas que simbolizan los cuatro rumbos del universo y el centro lo que será la estilización del Olin. 

Al igual que las pirámides, los campos de juego se orientaban con relación a los cuatro puntos cardinales.

En lugares como Xochicalco existían ob­servatorios subterráneos donde celebraban anualmente las festividades cósmicas de los solsticios marcando el movimiento calendárico de los astros y el movimiento del sol. Estos anillos podrían haber sido los cír­culos que representan al cielo cósmico, la serpiente comiéndose la cola, la Inmanencia Suprema del Padre Solar....... Al norte de la cancha se levanta el templo rojo, en cuyo techo hay pinturas que repre­sentan ritos de fecundidad de la tierra. El juego de pelota era el acto propiciatorio para el crecimiento espiritual y agrícola.



Dualidad cosmológica. El juego se ve como una lucha entre el día y la noche, y/o una batalla entre la vida y el inframundo. Los campos de juego fueron considerados portales al inframundo y se construyeron en lugares clave dentro de los recintos ceremoniales centrales. Participar en el juego de pelota representaba envolvimiento en el mantenimiento del orden cósmico del universo y la regeneración ritual de la vida....

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