miércoles, 26 de mayo de 2021

EL FUEGO, DEIDAD UNIVERSAL

 

EL FUEGO, DEIDAD UNIVERSAL

 

Los místicos han descubierto que la adoración del Sol se remonta a la primitiva Lemuria, y la del fuego, a los orígenes de la raza humana. El elemento fuego controla hasta cierto punto los reinos animal y vegetal, y es el único elemento que puede subyugar a los metales.

Los nombres de casi todos los grandes Dioses y Salvadores han estado asociados con el elemento fuego, la luz solar o su correlativa la mística y espiritual luz invisible. Huehueteotl, Júpiter, Apolo, Hermes, Mitra, Baco, Dionisio, Odín, Buddha, Krishna, Zoroastro, Fo-Hi, Vishnu, Shiva, Agni, Balder, Híram Abiff, Moisés, Sansón, Jasón, Vulcano, Urano, Alá, Osiris, Ra, Bel, Baal, Nebo, Serapis y el rey Salomón son algunas de las numerosas deidades y superhombres cuyos atributos simbólicos derivan de las manifestaciones del poder solar y cuyos nombres indican su relación con la luz y el fuego.

 

HUEHUETEOTL, EL ANCIANO DE LOS DIAS, PADRE DEL TIEMPO, EN SU ASPECTO MASCULINO EL FUEGO SAGRADO, EN EL FEMENINO, LA GRAN MATRIZ UNIVERSAL.

"Dios viejo o Energía ancestral primigenia".

Huehueteotl en la cosmovisión de las civilizaciones mesoamericanas era considerado el arquetipo del fuego sagrado activador de la vida, aquel que ha existido, existe y existirá antes y después de los tiempos, pues es el que crea el tiempo generando el movimiento, ollin, en apareamieto con la gran Matriz Cósmica también llamada espacio.

Es así como Huhueteotl, al generar el movimiento también crea el tiempo y por tanto el principio de la vida o fuego que inbuye todas las formas manifestadas también conocidas como formas de vida en todo el Universo, Ollin Yolinztli, vida y movimiento.

Huehueteotl, como elemento natural es el INRI de los Cristianos, el Abraxas de los gnósticos, el Tao chino, el Zen budhista, el Agnus Dei.

“Igni Natura Renovatur Integra”, por el fuego se renueva la naturaleza en su integridad

En la cosmovisión mexica el dios del fuego estuvo presente en los tres sectores verticales del cosmos y en las cuatro direcciones del plano terrestre.

En el cielo, el dios del fuego fue identificado con el sol.

Por otro lado, algunas de sus advocaciones se referían al inframundo, por lo que éstas se relacionaban con la muerte. En ese sector su acción fertilizadora y transformadora traía como consecuencia la liberación de las plantas del mundo muerto para propiciar su resurgimiento.

En la tierra  se ubicaba en el centro o quinta dirección, donde se encontraba el eje cómico que comunicaba el cielo, desde su nivel superior, con la superficie terrestre  y la capa más baja del inframundo… en el centro de la tierra se le llamo Tlalxictentica, el que está llenando el ombligo de la tierra”

Los platónicos creían que el fuego era el elemento más relevante. Quien nos revela este concepto es Aristóteles, quien decía que "los pitagóricos afirman que en centro se halla el fuego, y que la Tierra, siendo uno de los astros, moviéndose en círculo alrededor del centro, produce el día y la noche. A los platónicos, empero, les parece que no debe atribuirse a la Tierra la posición central, pues creen que el lugar más digno debe pertenecer al elemento más digno, y que el fuego es más digno que la Tierra".

Uno de sus símbolos era la cruz de los cuatro rumbos del universo o quincunce, que partían del centro donde él residía.

Es así como Huhueteotl, al generar el movimiento también crea el tiempo y por tanto el principio de la vida o fuego que inbuye todas las formas manifestadas también conocidas como formas de vida en todo el Universo, Ollin Yolinztli, vida y movimiento.

EL OMBLIGO DE LA TIERRA



EL FUEGO SEXUAL

k'ulthanlilni

La magia de Huehueteotl

 

Se le llama Dios Viejo del fuego, porque es la representación de lo único que perdura, esa energía que a todo da vida; es el fuego interior, sagrado y cósmico.

 

Huehuetéotl se encuentra como un verdadero Maestro en las dimensiones superiores de la Naturaleza. Relacionado con el aspecto sexual del Ser humano.

Por la llama del fuego sexual venimos y cuando morimos ese fuego se extingue

 

El Fuego Sexual, cuyo nombre sánscrito es “kundalini”,  y en maya k´ulthanlini se desarrolla, revoluciona y asciende dentro del aura resplandeciente del Maha-Chohan (espíritu santo).

El ascenso de la Flama de las dichas ardientes a lo largo del Canal Espinal, de vértebra en vértebra, pasando las 33 vertebras, los 33 grados de la masonería.

 

 

K'ULTHANLILNI - KUNDALINI - SERPIENTE DE FUEGO  (XIUHCÓATL)

 

Se trata de un fuego muy especial, relacionado con la Madre Divina interior, “nuestra madre venerada” [Tonantzin], “madre de los dioses” [Teteoinan], tiene varios aspectos de manifestación y uno de ellos se encuentra en el centro magnético (Chakra) del coxis, llamado Fundamental (Muladhara) y verdaderamente parece como un fuego serpentino y eso es el por qué varias culturas tan distantes lo representan de igual forma.

 

El Fuego Serpentino, la Víbora sagrada, duerme enroscada tres veces y media dentro de la Iglesia coxígea. Si reflexionamos muy seriamente en esa íntima relación existente entre la "S" y la "TAU", cruz o "T", llegamos a la conclusión lógica de que sólo mediante el SAHAJA MAITHUNA (Magia Sexual), se puede despertar la culebra creadora.

 

EL FUEGO SAGRADO

 

 

EL FUEGO ELEMENTO REGENERADOR

 

El fuego es un elemento purificador. Encontramos la regeneración a través del fuego en el mito del ave fénix, que renace de sus cenizas. En la obra de aventuras "Viaje al Centro de la Tierra", Julio Verne utiliza el símbolo del volcán como elemento purificador. Los personajes de Verne entran en un volcán apagado (símbolo de la ascensión) para salir purificados por un volcán en erupción.

Esotéricamente esta alegoría recibe el nombre de VITRIOL (Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem, o Visita el Interior de la Tierra y rectificándote encontrarás la piedra escondida).

EL TEMAZCAL CUMPLE CON LA MISMA FUNCION, A TRAVES DEL FUEGO QUE CALIENTA LAS PIEDRAS PURIFICA EL CUERPO, PURIFICA EL ALMA.

EL GRAN ANCIANO



El fuego liberador es del sacrificio y de la penitencia; y se sabe que la institución del sacerdocio no tenía otro fin que el de la enseñanza de las practicas que conducían al desprendimiento de la condición terrestre. Es entonces probable que el trofeo que perseguía el guerrero de la “batalla florida” no era otro que su propia alma….

Quetzalcoatl al prenderse fuego desprendió su alma individual y de sus cenizas es de donde emerge el alma cósmica… fuego liberador del sacrificio y de la penitencia

 

De acuerdo con la filosofía oculta, el Sol es en realidad un astro de triple manifestación, siendo dos partes de su naturaleza invisibles. El globo que vemos es meramente la fase más baja de la naturaleza solar y es el cuerpo del Demiurgo o, como la denominan los judíos, Jehová, y los brahmanes, Shiva. Como el Sol está simbolizado por un triángulo equilátero, se dice que los tres poderes del disco solar son iguales. Las tres fases del Sol son llamadas: Voluntad, Sabiduría y Acción. La Voluntad está relacionada con el principio de vida, la Sabiduría con el de la luz, y la Acción o Fricción, con el principio del calor. Por la Voluntad fueron creados los cielos, y la vida eterna continúa en suprema existencia: por la Acción, la fricción y el esfuerzo fue formada la Tierra, y el universo físico modelado por los “Señores del Fuego" pasó gradualmente del estado de fusión a su más ordenada condición actual.

Al iniciado en los Misterios se le enseñaba siempre la existencia de tres soles, el primero de los cuales - el vehículo de Dios-Padre iluminaba y fervorizaba su espíritu; el segundo - el vehículo de Dios-Hijo - desarrollaba y expandía su mente; y el tercero - el vehículo de Dios-Espíritu Santo - nutría y fortalecía su cuerpo. La luz no es solamente un elemento físico, sino también mental y espiritual, y se enseñaba al discípulo en el templo a reverenciar al Sol invisible mucho más que al visible, porque toda cosa visible es sólo el efecto de lo invisible o causal, y como Dios es la Causa de todas las Causas, Él mora en el Mundo invisible de la Causación.

Apuleyo, cuando fue iniciado en los Misterios, vio el Sol brillando a medianoche, ya que las cámaras del templo estaban brillantemente iluminadas, aunque no había en ellas lámpara alguna. El Sol invisible no está limitado por las paredes ni siquiera por la superficie misma de la Tierra, porque siendo sus rayos de intensidad vibratoria más elevada que la substancia física, su luz pasa sin obstáculos a través de todos los planos de la substancia material. Para aquéllos capaces de ver la luz de estos astros espirituales no hay obscuridad, porque están en presencia de la luz infinita, y a medianoche pueden ver el Sol brillando bajo sus pies.

Si bien algunas autoridades han sostenido que la forma de la cruz derivó del antiguo instrumento egipcio llamado “nilómetro”, usado para medir las inundaciones del Nilo, otros opinan que el símbolo tuvo su origen en los dos palos cruzados que los pueblos primitivos empleaban para hacer fuego, mediante la fricción. LA CRUZ, EL NAHUI OLLIN, MOVIMIENTO… HUEHUETEOTL

La misma palabra “Cristo” es prueba suficiente de que el fuego y la adoración del fuego son los dos elementos esenciales de la fe cristiana. Los rayos luminosos provenientes del Sol eran para los antiguos como la sangre del Cordero Celestial que en el equinoccio vernal moría por los pecados del mundo y redimía a toda la humanidad con su sangre (rayos).

Las Escuelas de Misterios del antiguo Egipto enseñaban que la sangre es el vehículo de la conciencia. El espíritu del hombre se movía a través de la corriente sanguínea y, por lo tanto, no se encontraba localizado en ningún punto particular del organismo. Se movía en el cuerpo con la rapidez del pensamiento, de manera que la conciencia del yo, el conocimiento de lo externo y la percepción sensorial podían ser localizados en cualquier parte del cuerpo, mediante el ejercicio de la voluntad. Los iniciados consideraban la sangre como un líquido misterioso, algo gaseoso por naturaleza, que servía como medio de manifestación del fuego de la naturaleza espiritual del hombre. Este fuego, circulando por el sistema, animaba y vitalizaba todas las partes de la forma, manteniendo así a la naturaleza espiritual en contacto con sus extremidades físicas. Los místicos consideraban el hígado como la fuente del calor y poder de la sangre. De ahí que sea significativo que la lanza del centurión hiriera el hígado de Cristo y que el buitre fuera colocado sobre el hígado de Prometeo, para atormentarlo a través de las edades.

El ocultismo nos enseña que la presencia del hígado es lo que distingue al animal de la planta y que es místicamente cierto que los pequeños seres que tienen el poder de moverse, pero que carecen de hígado, son realmente plantas en sentido espiritual. El hígado está regido por el planeta Marte, que es la dínamo del sistema solar y el cual envía un rayo rojo animador a todos los seres que evolucionan dentro de este esquema solar. Los filósofos enseñaban que el planeta Marte, bajo la dirección de su regente Samael, era el trasmutado

“Cuerpo de Pecado” del Logos Solar, que originalmente había sido el “Morador del Umbral” del Divino Ser,cuyas energías son distribuidas ahora por el fuego del Sol. Samael, incidentalmente, fue el ígneo padre de Caín, por intermedio del cual una parte de la humanidad ha recibido la llama de la aspiración y está así separada de los hijos de Set, cuyo padre fue Jehová.

Los filósofos del fuego adoraban tres luces - la luz del sol, de la Tierra y la del alma -, siendo esta última la luz que hay en el hombre y que ellos creían sería finalmente reabsorbida en la Divina luz, de la que se encontraba temporalmente separada por los muros de la prisión de la naturaleza inferior del hombre. Los Misterios de todas las épocas estuvieron dedicados a facilitar la reunión de esa pequeña luz con la Gran Luz, su Padre y Fuente. Para los Gnósticos, Cristo fue la incolora Luz Divina que asumió la forma de un radiante esplendor (la Verdad), atendiendo así a las necesidades de la pequeña luz que luchaba por expresarse en el alma de cada criatura humana. Esta Divina luz entraba en la luz de la Naturaleza y, fortaleciéndola, ayudaba a vitalizar todas las cosas vivientes.

La luz que existe en el hombre, el Dios en miniatura, era salvada - o mejor dicho, liberada - por medio de un proceso llamado regeneración. El método secreto usado para lograr esta regeneración sin tener que seguir el largo sendero en espiral del progreso evolutivo, fue el grande y supremo secreto de los Misterios, revelado únicamente a aquéllos que habían demostrado ser merecedores de poseer el poder de la vida y de la muerte.

Estos Misterios han sido perpetuados hasta nuestros días por la Francmasonería.

Respecto al origen del término “Francmasón”, que constituye en sí mismo una clave de las doctrinas de la Orden, Robert Hewitt Brown, Grado 32, escribe: “Mucho antes de la construcción del Templo del rey Salomón, se conocía a los masones con el nombre de Hijos de Luz. La Masonería era practicada por los antiguos bajo el nombre de Lux (luz), o su equivalente en los diversos idiomas de la antigüedad. Hemos sido informados por varios autores eminentes de que la palabra Masonería es una corrupción del termino griego Mesouraneo, que significa “yo estoy en el medio del cielo”, aludiendo al Sol, el cual, “encontrándose en el medio del cielo”, es la gran fuente de luz. Otros la derivan directamente del antiguo egipcio Phre, el Sol, y Mas, un hijo, o sea PhreMassen- Hijos del Sol o Hijos de la Luz.”

El verdadero secreto de la regeneración del fuego en el alma humana es revelado por el ritual del tercer grado de la Logia Azul, bajo la alegoría de la muerte de Hiram Abiff. El nombre Hiram está, como ya se ha hecho notar, estrechamente relacionado con el elemento fuego. Su descendencia directa de Tubal-Caín, el primer gran artesano en metales mediante el uso del fuego, relaciona aún más a este diestro operario con la inmortal llama de vida en el hombre. En su obra Secreta Societies of All Ages (“Las Sociedades Secretas de todas las épocas”), Charles W. Heckthorne expone una antigua leyenda cabalística referente a la relación de la primitiva Masonería con la adoración del fuego. Según esta leyenda, Hiram Abiff no era descendiente de Adán o Jehová, como los hijos de Set, sino de más noble estirpe, porque por sus venas corría el fuego de Samael, uno de los Elohim. Además, hay dos clases de hombres en el mundo: los que tienen aspiraciones y los que no las tienen. Aquéllos sin aspiraciones son los hijos de Set, verdaderos hijos de la Tierra, que se apegan a su madre con tenacidad, siendo Terrenalidad la palabra clave de su naturaleza.

Hay otra raza, la de los Hijos del Fuego, descendiente de Samael, el regente del fuego. Estos hijos de la llama están siempre animados por la ambición y la aspiración. Son los constructores de ciudades, los que erigen monumentos, los conquistadores de mundos, los precursores, los que trabajan los metales, verdaderos hijos de la llama eterna. Sus almas son vehementes y tempestuosas, y la Tierra para ellos es una carga, Jehová no contesta sus súplicas, porque ellos son hijos de otra estrella. La Aspiración es la nota clave de sus naturalezas, y muchas veces ellos resurgen como nuevos Fénix, de las cenizas del fracaso. Jamás descansan, como el elemento del cual forman parte: andan errantes sobre la faz de la Tierra, con los ojos fijos en la flamígera estrella de la cual vinieron.

Esta diferencia fundamental es claramente visible en la vida diaria. Algunos están siempre contentos; otros, jamás llegan a la meta. Unos son los Hijos del Agua, los guardianes del rebaño; otros son los Hijos del Fuego, los constructores de ciudades. Un grupo es conservador, el otro es progresista. Uno es el rey, el otro el sacerdote. Pero dentro de la naturaleza de todas las cosas vivientes coexisten los Hijos del Fuego y los Hijos del Agua. En las Sagradas Escrituras, a los nacidos de la llama se los denomina Hijos de Dios, y los nacidos del agua son llamados Hijos de los Hombres, porque el nacido de la llama es la divinidad en el hombre y el nacido del agua es la humanidad en el hombre. Estos dos hermanos son enemigos mortales, pero en los Misterios se les enseñaba a cooperar el uno con el otro, y están simbolizados en la Francmasonería por el águila de dos cabezas del Grado 33.

 

ESPADA FLAMÍGERA RELACIÓN CON HUEHUETEOTL

 

La espada flamígera representa la fuerza solar y tiene también un sentido que indica la energía regeneradora que destruye la injusticia y la ignorancia y establece la paz y la justicia.

La espada es también la luz y el relámpago del iniciado y la vaina es la oscuridad; por lo que no puede desenvainarla el profano, ya que su destello sólo puede soportarlo los hombres calificados.

Esta espada no posee vaina por varios motivos: el fuego no se puede envainar, y además por representar a la Ciencia y a las Virtudes éstas deben estar al alcance de todos.

Cuando La Espada Flamígera se encuentra sobre el Ara simboliza la obligación que tenemos de propagar por los cuatro puntos cardinales la luz de la verdad que proclamamos, a fin de lograr que la humanidad se instruya bajo la acción benéfica de la masonería. Sus reflejos, simbolizan la ciencia y la virtud, que desde al Ara irradia en forma resplandeciente enseñanzas morales, filosóficas y científicas que deben impartirse de manera gradual a los iniciados, para no cegar su entendimiento.

La ondulación de la espada flamígera se refiere a un movimiento que transforma la espada rígida en un arma viviente, símbolo de la irradiación del pensamiento y del Verbo.

 

ESPADA FLAMIGERA SE RELACIONA CON   K'ULTHANLILNI

LA MAGIA DE HUEHUETEOTL

 

La espada flamígera también guarda relación con la Kundalini o fuego serpentino utilizado en el Budismo, el Taoísmo, el Sijismo, el Gnosticismo, el Yoga y el Tantra. La kundalini, es para muchos un portal hacia la elevación de la consciencia, es definida como una energía representada comúnmente por una serpiente que se encuentra en el chakra de la base de la columna vertebral y asciende abriendo la puertas de los chakras produciendo, como lo describen algunos yoguis, un estado de trance profundo en el cual la conexión con el mundo espiritual se vuelve evidente. Se dice que es la energía misteriosa que hace existir al mundo y la fuerza más divina, sublime y trascendente del universo, que el hombre posee dentro de sí.

 

FUEGO ROSACRUZ

Para los místicos y naturalmente para los rosacruces, el fuego terrestre representa el fuego divino que brilla en lo más profundo de nosotros mismos y que debemos mantener con esmero. Privado de él, el hombre se volvería un ser frio, sin emoción, desprovisto de toda compasión  y de las cualidades divinas que hacen de él un alma viva.

El fuego es también el agente por medio del cual podemos realizar la transmutación de nuestros defectos en sus cualidades opuestas. Dicho de otro modo, gracias a su poder de purificación, podemos llevar a cabo nuestra alquimia interna.

 

FUEGO EN LA LITURGIA CATOLICA: EL ESPIRITU SANTO

En la liturgia católica, el fuego nuevo se celebra en la noche de Pascuas, que coincide frecuentemente con la llegada de la primavera y la renovación del año y de la naturaleza. Según ciertas leyendas, el Cristo y los santos revivifican su cuerpo pasándolo por el fuego de la fragua. En Pentecostés, el Cristo hace saltar sobre los apóstoles lenguas de fuego, con el fin de prepararlos para su misión de difundir la palabra santa por el mundo entero.

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