EL FUEGO, DEIDAD UNIVERSAL
Los místicos han descubierto que
la adoración del Sol se remonta a la primitiva Lemuria, y la del fuego, a los
orígenes de la raza humana. El elemento fuego controla hasta cierto punto los
reinos animal y vegetal, y es el único elemento que puede subyugar a los
metales.
Los nombres de casi todos los
grandes Dioses y Salvadores han estado asociados con el elemento fuego, la luz
solar o su correlativa la mística y espiritual luz invisible. Huehueteotl, Júpiter,
Apolo, Hermes, Mitra, Baco, Dionisio, Odín, Buddha, Krishna, Zoroastro, Fo-Hi,
Vishnu, Shiva, Agni, Balder, Híram Abiff, Moisés, Sansón, Jasón, Vulcano,
Urano, Alá, Osiris, Ra, Bel, Baal, Nebo, Serapis y el rey Salomón son algunas
de las numerosas deidades y superhombres cuyos atributos simbólicos derivan de
las manifestaciones del poder solar y cuyos nombres indican su relación con la
luz y el fuego.
HUEHUETEOTL, EL
ANCIANO DE LOS DIAS, PADRE DEL TIEMPO, EN SU ASPECTO MASCULINO EL FUEGO
SAGRADO, EN EL FEMENINO, LA GRAN MATRIZ UNIVERSAL.
"Dios viejo o
Energía ancestral primigenia".
Huehueteotl en la cosmovisión
de las civilizaciones mesoamericanas era considerado el arquetipo del fuego
sagrado activador de la vida, aquel que ha existido, existe y existirá antes y
después de los tiempos, pues es el que crea el tiempo generando el movimiento,
ollin, en apareamieto con la gran Matriz Cósmica también llamada espacio.
Es así como Huhueteotl, al
generar el movimiento también crea el tiempo y por tanto el principio de la
vida o fuego que inbuye todas las formas manifestadas también conocidas como
formas de vida en todo el Universo, Ollin Yolinztli, vida y movimiento.
Huehueteotl, como elemento
natural es el INRI de los Cristianos, el Abraxas de los gnósticos, el Tao
chino, el Zen budhista, el Agnus Dei.
“Igni Natura Renovatur Integra”, por el fuego se renueva la
naturaleza en su integridad
En la cosmovisión mexica el dios
del fuego estuvo presente en los tres sectores verticales del cosmos y en las
cuatro direcciones del plano terrestre.
En el cielo, el dios del fuego
fue identificado con el sol.
Por otro lado, algunas de sus
advocaciones se referían al inframundo, por lo que éstas se relacionaban con la
muerte. En ese sector su acción fertilizadora y transformadora traía como
consecuencia la liberación de las plantas del mundo muerto para propiciar su
resurgimiento.
En la tierra se ubicaba en el centro o quinta dirección,
donde se encontraba el eje cómico que comunicaba el cielo, desde su nivel
superior, con la superficie terrestre y
la capa más baja del inframundo… en el centro de la tierra se le llamo
Tlalxictentica, el que está llenando el ombligo de la tierra”
Los platónicos
creían que el fuego era el elemento más relevante. Quien nos revela este
concepto es Aristóteles, quien decía que "los pitagóricos
afirman que en centro se halla el fuego, y que la Tierra, siendo uno de los
astros, moviéndose en círculo alrededor del centro, produce el día y la noche.
A los platónicos, empero, les parece que no debe atribuirse a la Tierra la posición
central, pues creen que el lugar más digno debe pertenecer al elemento más
digno, y que el fuego es más digno que la Tierra".
Uno de sus
símbolos era la cruz de los cuatro rumbos del universo o quincunce, que
partían del centro donde él residía.
Es así como
Huhueteotl, al generar el movimiento también crea el tiempo y por tanto el
principio de la vida o fuego que inbuye todas las formas manifestadas también
conocidas como formas de vida en todo el Universo, Ollin Yolinztli, vida y
movimiento.
EL OMBLIGO DE LA
TIERRA
EL FUEGO SEXUAL
k'ulthanlilni
La magia de Huehueteotl
Se le llama Dios Viejo del
fuego, porque es la representación de lo único que perdura, esa energía que a
todo da vida; es el fuego interior, sagrado y cósmico.
Huehuetéotl se encuentra como
un verdadero Maestro en las dimensiones superiores de la Naturaleza.
Relacionado con el aspecto sexual del Ser humano.
Por la llama del fuego sexual venimos y
cuando morimos ese fuego se extingue
El Fuego Sexual, cuyo nombre
sánscrito es “kundalini”, y en maya
k´ulthanlini se desarrolla, revoluciona y asciende dentro del aura
resplandeciente del Maha-Chohan (espíritu santo).
El ascenso de la Flama de las
dichas ardientes a lo largo del Canal Espinal, de vértebra en vértebra, pasando
las 33 vertebras, los 33 grados de la masonería.
K'ULTHANLILNI -
KUNDALINI - SERPIENTE DE FUEGO
(XIUHCÓATL)
Se trata de un fuego muy especial, relacionado con la
Madre Divina interior, “nuestra madre venerada” [Tonantzin], “madre de los
dioses” [Teteoinan], tiene varios aspectos de manifestación y uno de ellos se
encuentra en el centro magnético (Chakra) del coxis, llamado Fundamental
(Muladhara) y verdaderamente parece como un fuego serpentino y eso es el por
qué varias culturas tan distantes lo representan de igual forma.
El Fuego Serpentino, la Víbora
sagrada, duerme enroscada tres veces y media dentro de la Iglesia coxígea. Si
reflexionamos muy seriamente en esa íntima relación existente entre la
"S" y la "TAU", cruz o "T", llegamos a la conclusión
lógica de que sólo mediante el SAHAJA MAITHUNA (Magia Sexual), se puede
despertar la culebra creadora.
EL FUEGO SAGRADO
EL FUEGO
ELEMENTO REGENERADOR
El fuego es un elemento
purificador. Encontramos la regeneración a través del fuego en el mito del ave
fénix, que renace de sus cenizas. En la obra de aventuras "Viaje al Centro
de la Tierra", Julio Verne utiliza el símbolo del volcán como
elemento purificador. Los personajes de Verne entran en un volcán apagado
(símbolo de la ascensión) para salir purificados por un volcán en erupción.
Esotéricamente esta alegoría
recibe el nombre de VITRIOL (Visita Interiora Terrae
Rectificando Invenies Occultum Lapidem, o Visita el Interior de la Tierra y
rectificándote encontrarás la piedra escondida).
EL TEMAZCAL CUMPLE CON LA MISMA FUNCION, A TRAVES DEL FUEGO QUE
CALIENTA LAS PIEDRAS PURIFICA EL CUERPO, PURIFICA EL ALMA.
EL GRAN
ANCIANO
El fuego liberador es
del sacrificio y de la penitencia; y se sabe que la institución del sacerdocio
no tenía otro fin que el de la enseñanza de las practicas que conducían al
desprendimiento de la condición terrestre. Es entonces probable que el trofeo que
perseguía el guerrero de la “batalla florida” no era otro que su propia alma….
Quetzalcoatl al prenderse fuego desprendió su alma individual y de sus
cenizas es de donde emerge el alma cósmica… fuego liberador del sacrificio y de
la penitencia
De acuerdo con la filosofía
oculta, el Sol es en realidad un astro de triple manifestación, siendo dos
partes de su naturaleza invisibles. El globo que vemos es meramente la fase más
baja de la naturaleza solar y es el cuerpo del Demiurgo o, como la denominan
los judíos, Jehová, y los brahmanes, Shiva. Como el Sol está simbolizado por un
triángulo equilátero, se dice que los tres poderes del disco solar son iguales.
Las tres fases del Sol son llamadas: Voluntad, Sabiduría y Acción. La Voluntad
está relacionada con el principio de vida, la Sabiduría con el de la luz, y la
Acción o Fricción, con el principio del calor. Por la Voluntad fueron creados
los cielos, y la vida eterna continúa en suprema existencia: por la Acción, la
fricción y el esfuerzo fue formada la Tierra, y el universo físico modelado por
los “Señores del Fuego" pasó gradualmente del estado de fusión a su más
ordenada condición actual.
Al iniciado en los Misterios se
le enseñaba siempre la existencia de tres soles, el primero de los cuales - el
vehículo de Dios-Padre iluminaba y fervorizaba su espíritu; el segundo - el
vehículo de Dios-Hijo - desarrollaba y expandía su mente; y el tercero - el
vehículo de Dios-Espíritu Santo - nutría y fortalecía su cuerpo. La luz no es
solamente un elemento físico, sino también mental y espiritual, y se enseñaba
al discípulo en el templo a reverenciar al Sol invisible mucho más que al
visible, porque toda cosa visible es sólo el efecto de lo invisible o causal, y
como Dios es la Causa de todas las Causas, Él mora en el Mundo invisible de la
Causación.
Apuleyo, cuando fue iniciado en
los Misterios, vio el Sol brillando a medianoche, ya que las cámaras del templo
estaban brillantemente iluminadas, aunque no había en ellas lámpara alguna. El
Sol invisible no está limitado por las paredes ni siquiera por la superficie
misma de la Tierra, porque siendo sus rayos de intensidad vibratoria más
elevada que la substancia física, su luz pasa sin obstáculos a través de todos
los planos de la substancia material. Para aquéllos capaces de ver la luz de
estos astros espirituales no hay obscuridad, porque están en presencia de la
luz infinita, y a medianoche pueden ver el Sol brillando bajo sus pies.
Si bien algunas autoridades han
sostenido que la forma de la cruz derivó del antiguo instrumento egipcio
llamado “nilómetro”, usado para medir las inundaciones del Nilo, otros opinan
que el símbolo tuvo su origen en los dos palos cruzados que los pueblos
primitivos empleaban para hacer fuego, mediante la fricción. LA CRUZ, EL NAHUI
OLLIN, MOVIMIENTO… HUEHUETEOTL
La misma palabra “Cristo” es
prueba suficiente de que el fuego y la adoración del fuego son los dos
elementos esenciales de la fe cristiana. Los rayos luminosos provenientes del
Sol eran para los antiguos como la sangre del Cordero Celestial que en el
equinoccio vernal moría por los pecados del mundo y redimía a toda la humanidad
con su sangre (rayos).
Las Escuelas de Misterios del
antiguo Egipto enseñaban que la sangre es el vehículo de la conciencia. El
espíritu del hombre se movía a través de la corriente sanguínea y, por lo
tanto, no se encontraba localizado en ningún punto particular del organismo. Se
movía en el cuerpo con la rapidez del pensamiento, de manera que la conciencia
del yo, el conocimiento de lo externo y la percepción sensorial podían ser
localizados en cualquier parte del cuerpo, mediante el ejercicio de la
voluntad. Los iniciados consideraban la sangre como un líquido misterioso, algo
gaseoso por naturaleza, que servía como medio de manifestación del fuego de la
naturaleza espiritual del hombre. Este fuego, circulando por el sistema,
animaba y vitalizaba todas las partes de la forma, manteniendo así a la
naturaleza espiritual en contacto con sus extremidades físicas. Los místicos
consideraban el hígado como la fuente del calor y poder de la sangre. De ahí
que sea significativo que la lanza del centurión hiriera el hígado de Cristo y
que el buitre fuera colocado sobre el hígado de Prometeo, para atormentarlo a
través de las edades.
El ocultismo nos enseña que la
presencia del hígado es lo que distingue al animal de la planta y que es
místicamente cierto que los pequeños seres que tienen el poder de moverse, pero
que carecen de hígado, son realmente plantas en sentido espiritual. El hígado
está regido por el planeta Marte, que es la dínamo del sistema solar y el cual
envía un rayo rojo animador a todos los seres que evolucionan dentro de este
esquema solar. Los filósofos enseñaban que el planeta Marte, bajo la dirección
de su regente Samael, era el trasmutado
“Cuerpo de Pecado” del Logos
Solar, que originalmente había sido el “Morador del Umbral” del Divino
Ser,cuyas energías son distribuidas ahora por el fuego del Sol. Samael,
incidentalmente, fue el ígneo padre de Caín, por intermedio del cual una parte
de la humanidad ha recibido la llama de la aspiración y está así separada de
los hijos de Set, cuyo padre fue Jehová.
Los filósofos del fuego adoraban
tres luces - la luz del sol, de la Tierra y la del alma -, siendo esta última
la luz que hay en el hombre y que ellos creían sería finalmente reabsorbida en
la Divina luz, de la que se encontraba temporalmente separada por los muros de
la prisión de la naturaleza inferior del hombre. Los Misterios de todas las
épocas estuvieron dedicados a facilitar la reunión de esa pequeña luz con la
Gran Luz, su Padre y Fuente. Para los Gnósticos, Cristo fue la incolora Luz
Divina que asumió la forma de un radiante esplendor (la Verdad), atendiendo así
a las necesidades de la pequeña luz que luchaba por expresarse en el alma de
cada criatura humana. Esta Divina luz entraba en la luz de la Naturaleza y,
fortaleciéndola, ayudaba a vitalizar todas las cosas vivientes.
La luz que existe en el hombre,
el Dios en miniatura, era salvada - o mejor dicho, liberada - por medio de un
proceso llamado regeneración. El método secreto usado para lograr esta
regeneración sin tener que seguir el largo sendero en espiral del progreso
evolutivo, fue el grande y supremo secreto de los Misterios, revelado
únicamente a aquéllos que habían demostrado ser merecedores de poseer el poder
de la vida y de la muerte.
Estos Misterios han sido
perpetuados hasta nuestros días por la Francmasonería.
Respecto al origen del término
“Francmasón”, que constituye en sí mismo una clave de las doctrinas de la
Orden, Robert Hewitt Brown, Grado 32, escribe: “Mucho antes de la construcción
del Templo del rey Salomón, se conocía a los masones con el nombre de Hijos de
Luz. La Masonería era practicada por los antiguos bajo el nombre de Lux (luz),
o su equivalente en los diversos idiomas de la antigüedad. Hemos sido
informados por varios autores eminentes de que la palabra Masonería es una
corrupción del termino griego Mesouraneo, que significa “yo estoy en el medio
del cielo”, aludiendo al Sol, el cual, “encontrándose en el medio del cielo”, es
la gran fuente de luz. Otros la derivan directamente del antiguo egipcio Phre,
el Sol, y Mas, un hijo, o sea PhreMassen- Hijos del Sol o Hijos de la Luz.”
El verdadero secreto de la
regeneración del fuego en el alma humana es revelado por el ritual del tercer
grado de la Logia Azul, bajo la alegoría de la muerte de Hiram Abiff. El nombre
Hiram está, como ya se ha hecho notar, estrechamente relacionado con el
elemento fuego. Su descendencia directa de Tubal-Caín, el primer gran artesano
en metales mediante el uso del fuego, relaciona aún más a este diestro operario
con la inmortal llama de vida en el hombre. En su obra Secreta Societies of All
Ages (“Las Sociedades Secretas de todas las épocas”), Charles W. Heckthorne
expone una antigua leyenda cabalística referente a la relación de la primitiva
Masonería con la adoración del fuego. Según esta leyenda, Hiram Abiff no era
descendiente de Adán o Jehová, como los hijos de Set, sino de más noble
estirpe, porque por sus venas corría el fuego de Samael, uno de los Elohim.
Además, hay dos clases de hombres en el mundo: los que tienen aspiraciones y
los que no las tienen. Aquéllos sin aspiraciones son los hijos de Set,
verdaderos hijos de la Tierra, que se apegan a su madre con tenacidad, siendo
Terrenalidad la palabra clave de su naturaleza.
Hay otra raza, la de los Hijos
del Fuego, descendiente de Samael, el regente del fuego. Estos hijos de la
llama están siempre animados por la ambición y la aspiración. Son los
constructores de ciudades, los que erigen monumentos, los conquistadores de
mundos, los precursores, los que trabajan los metales, verdaderos hijos de la
llama eterna. Sus almas son vehementes y tempestuosas, y la Tierra para ellos
es una carga, Jehová no contesta sus súplicas, porque ellos son hijos de otra
estrella. La Aspiración es la nota clave de sus naturalezas, y muchas veces
ellos resurgen como nuevos Fénix, de las cenizas del fracaso. Jamás descansan, como
el elemento del cual forman parte: andan errantes sobre la faz de la Tierra,
con los ojos fijos en la flamígera estrella de la cual vinieron.
Esta diferencia fundamental es
claramente visible en la vida diaria. Algunos están siempre contentos; otros, jamás
llegan a la meta. Unos son los Hijos del Agua, los guardianes del rebaño; otros
son los Hijos del Fuego, los constructores de ciudades. Un grupo es
conservador, el otro es progresista. Uno es el rey, el otro el sacerdote. Pero
dentro de la naturaleza de todas las cosas vivientes coexisten los Hijos del
Fuego y los Hijos del Agua. En las Sagradas Escrituras, a los nacidos de la
llama se los denomina Hijos de Dios, y los nacidos del agua son llamados Hijos
de los Hombres, porque el nacido de la llama es la divinidad en el hombre y el
nacido del agua es la humanidad en el hombre. Estos dos hermanos son enemigos
mortales, pero en los Misterios se les enseñaba a cooperar el uno con el otro,
y están simbolizados en la Francmasonería por el águila de dos cabezas del
Grado 33.
ESPADA FLAMÍGERA
RELACIÓN CON HUEHUETEOTL
La espada flamígera representa la
fuerza solar y tiene también un sentido que indica la energía regeneradora que
destruye la injusticia y la ignorancia y establece la paz y la justicia.
La espada es también la luz y el
relámpago del iniciado y la vaina es la oscuridad; por lo que no puede desenvainarla
el profano, ya que su destello sólo puede soportarlo los hombres calificados.
Esta espada no posee vaina por
varios motivos: el fuego no se puede envainar, y además por representar a la
Ciencia y a las Virtudes éstas deben estar al alcance de todos.
Cuando La Espada Flamígera se
encuentra sobre el Ara simboliza la obligación que tenemos de propagar por los
cuatro puntos cardinales la luz de la verdad que proclamamos, a fin de lograr
que la humanidad se instruya bajo la acción benéfica de la masonería. Sus
reflejos, simbolizan la ciencia y la virtud, que desde al Ara irradia en forma
resplandeciente enseñanzas morales, filosóficas y científicas que deben
impartirse de manera gradual a los iniciados, para no cegar su entendimiento.
La ondulación de la espada
flamígera se refiere a un movimiento que transforma la espada rígida en un arma
viviente, símbolo de la irradiación del pensamiento y del Verbo.
ESPADA FLAMIGERA SE RELACIONA CON K'ULTHANLILNI
LA MAGIA DE HUEHUETEOTL
La espada flamígera también
guarda relación con la Kundalini o fuego serpentino utilizado en el Budismo, el
Taoísmo, el Sijismo, el Gnosticismo, el Yoga y el Tantra. La kundalini, es para
muchos un portal hacia la elevación de la consciencia, es definida como una
energía representada comúnmente por una serpiente que se encuentra en el chakra
de la base de la columna vertebral y asciende abriendo la puertas de los
chakras produciendo, como lo describen algunos yoguis, un estado de trance
profundo en el cual la conexión con el mundo espiritual se vuelve evidente. Se
dice que es la energía misteriosa que hace existir al mundo y la fuerza más
divina, sublime y trascendente del universo, que el hombre posee dentro de sí.
FUEGO ROSACRUZ
Para los místicos y naturalmente
para los rosacruces, el fuego terrestre representa el fuego divino que brilla
en lo más profundo de nosotros mismos y que debemos mantener con esmero.
Privado de él, el hombre se volvería un ser frio, sin emoción, desprovisto de
toda compasión y de las cualidades
divinas que hacen de él un alma viva.
El fuego es también el agente por
medio del cual podemos realizar la transmutación de nuestros defectos en sus
cualidades opuestas. Dicho de otro modo, gracias a su poder de purificación,
podemos llevar a cabo nuestra alquimia interna.
FUEGO EN LA
LITURGIA CATOLICA: EL ESPIRITU SANTO
En la liturgia católica, el fuego
nuevo se celebra en la noche de Pascuas, que coincide frecuentemente con la
llegada de la primavera y la renovación del año y de la naturaleza. Según
ciertas leyendas, el Cristo y los santos revivifican su cuerpo pasándolo por el
fuego de la fragua. En Pentecostés, el Cristo hace saltar sobre los apóstoles
lenguas de fuego, con el fin de prepararlos para su misión de difundir la
palabra santa por el mundo entero.
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